CIUDAD DE MÉXICO, 10 de julio.- Ubicado en el norte de Yucatán, rodeado de
selva, dunas costeras y manglares, se encuentra Ría Lagartos, lugar
que posee un espectáculo natural escenificado por sus más de 300
especies de aves, donde se aprecia el vuelo del flamenco rosado,
capaz de pintar el cielo del color de su plumaje, sitio que desde
1979 fue nombrado como Reserva de la Biosfera.
Debido
a sus características y dimensiones, hace cinco siglos los españoles
creyeron que se trataba de un río, que al estar tan cerca del mar se
había salinizado, sin embargo, a este tipo de ecosistema se le
denomina ría ya que se trata de un brazo de mar que confluye con
agua dulce proveniente del subsuelo.
El
recorrido por este bello lugar comienza en el embarcadero del
municipio Río Lagartos. A bordo de una pequeña lancha, conducida
por un guía local, se disfruta del paisaje pintado por las aves que
ahí habitan, y leyendas tan curiosas como la del ave tapacaminos,
conocida por su desagradable plumaje y por atravesarse en el trayecto
de las personas.
La
fábula local cuenta que hace muchos años dios convocó a un
concurso en el que se elegiría al rey de las aves. Así, todas ellas
se alistaron, menos el tapacaminos, que aunque contaba con uno de los
más bellos plumajes, era un pájaro muy penoso; mas el pavo real
tenía un plan: pedir el “vestuario” del tapacaminos prestado,
asegurando que cuando ganara el concurso se lo devolvería y, además
lo convertiría en su fiel compañero.
El
tapacaminos aceptó el trato creyendo en la palabra del pavo real,
mismo que al llegar al concurso fue elegido como el rey de las aves,
pero el reino siguió buscando al tapacaminos al ver que no había
asistido al concurso y lo encontraron sin su bello plumaje detrás de
un árbol. Éste les contó lo que había sucedido y el resto de las
aves decidió ayudarle, regalándole una pluma, la más fea y
maltratada que tenían, para que pudiera buscar al pavo real.
Desde
entonces se ve al tapacaminos con uno de los plumajes más horribles
entre las aves, y atravesándose en el camino en busca del pavo real.
Las lugareños dicen que se va en cuanto le mencionan que le han
visto entre los árboles, mientras que el pavo real recibió de
castigo tener uno de los cantos más grotescos del reino.
Mientras
los guías locales van contando estas leyendas, el camino se admira
adornado con el vuelo de las aves, combinado con el verde follaje del
mangle y el azul de un cielo que no ha sufrido los estragos de la
contaminación. Al final del recorrido nos espera un baño maya.
Spa
al
aire libre
La
mayoría de las personas viaja hasta Israel para poder disfrutar los
beneficios que otorga el agua salada del Mar Muerto, acompañado de
un baño de lodo; sin embargo, Yucatán posee un lugar con
características similares, en el que es posible echarse un chapuzón
sin necesidad de salvavidas, debido a la gran concentración de sal
que posee, misma que ayuda a flotar de manera natural, se trata del
llamado “Mar Muerto de Yucatán”.
Este
lugar se localiza en la región de Las Coloradas donde habita un tipo
de crustáceo pequeño, conocido como artemia, principal alimento de
los flamencos, el cual le brinda el color rojo pálido a esta laguna
y, según los locales, también le da el tono al plumaje de estas
exóticas aves.
Divertidos,
turistas nacionales y extranjeros por igual se van untando el barro
blanco en todo el cuerpo, luego esperan a que seque para después
descansar y vivir la experiencia de flotar en el agua salada del “Mar
Muerto”. Por último, hay que enjuagarse en las aguas de la ría.
Quienes han realizado esta experiencia aseguran sentirse relajados y
con una piel “renovada”, más suave y limpia.
Ya
más relajados, después de haber asistido a este spa natural
y gratuito, lo único que queda es regresar al embarcadero,
disfrutando del contraste de los tonos anaranjados, plata y negro que
sólo la puesta del sol nos puede brindar, en ese horario en el que
la noche y la tarde comparten la luz de un lugar cuya belleza natural
no puede ocultarse.
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